La responsabilidad
Considero, de forma muy clara, que existen dos problemas que suponen las bases de cualquier otro problema actual: la educación y la responsabilidad.
De la primera, de la cual escribiré en otro momento, sé que mucha gente opina igual. Aunque no sé si por los mismos motivos. Todo el mundo cree que sabe sobre cómo debe ser la educación. Yo no pretendo ser tan soberbio (por una vez…), y mi punto de vista es ligeramente diferente al pensamiento común pesimista sobre ella. Tiene que ver con la forma de igualar (siempre por abajo; destacar hoy en día se ve mal, que otros se ofenden), y con la forma en que mantenemos a niños, en plena fase de desarrollo motor y cognitivo, 6 horas al día sentados recibiendo información que no son capaces de relacionar con sus vivencias en tiempo real (sabías que la gente sale de sus carreras sin saber qué es una nómina?)
Bien, si me centro en el segundo punto, el que hoy me ocupa, es donde el pesimismo me asalta a mí.
Mejor dicho, el realismo. A los realistas tienden a llamarnos pesimistas, porque analizamos de forma crítica la realidad. Y la realidad, por desgracia, suele ser penosa.
Quizás pienses que voy a hablar de la responsabilidad de la gente joven, de educarles en ser responsables, bla, bla, bla…
Y es que, como siempre, lo uniré con mi antiguo artículo sobre la culpa vista en tercera persona o en primera persona.
De la responsabilidad que hablo es, sin duda, de la falta de responsabilidad del adulto actual. Adultos absolutamente disfuncionales que presentan una edad cronológica (el numerito) en su DNI, pero una edad de madurez, funcionalidad, valores y responsabilidad ridículas y lamentables. Adultos que siempre buscan la responsabilidad y culpa fuera de sí mismos. Siempre son los demás. Siempre les pasa “todo a ellos”. Nunca jamás son capaces de hacer un ejercicio de mínima madurez intelectual y evaluar el porqué de las cosas que les ocurren. El porqué otros les tratan como lo hacen. El porqué de que siempre tengan el mismo resultado cuando se proponen algo. El problema que generan a otros adultos cuando no se hacen cargo de sus responsabilidades. La putada que nos hacen a algunos porque solo saben pedir y poco saben ser consecuentes y decentes en sus obligaciones contraídas contigo.
Y esta última parte es la peor. Porque que un adulto sea irresponsable, inmaduro, incapaz, en realidad no es un problema. Siempre y cuando viva esos aspectos en privado. Pero cuando esas “cualidades” afectan a los demás, se generan grandes problemas. Porque nadie tiene que pagar las consecuencias de las responsabilidades de otros. Cuando algo es tu culpa o te afecta a ti, no puedes sacar el ventilador e intentar repartir esa responsabilidad a los demás. Asúmela tú, y acéptala. Que tampoco es para tanto.
Todo lo demás supone comportarte como un crío, solo que con canas. Luego vamos pidiendo educación y responsabilidad a nuestros hijos…
Comentarios
Publicar un comentario