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Mostrando entradas de abril, 2025

La lotería

  Existe un fenómeno fascinante. La lotería. Y no por el hecho de que si te toca ganas una buena pasta. Lo gracioso del asunto, lo que hace que te puedas parar a pensar y adivinar cómo es el ser humano, es el miserable y ruin argumentó que existe detrás del clásico gesto de comprar lotería “por si le toca a otro”.   Es que es cojonudo. De verdad. Piénsalo. Qué porcentaje de la sociedad compra lotería no por el hecho de ganar pasta, sino por el hecho de que el vecino gane pasta y él no? Entiendes por dónde voy? Lo más bonito de mirar la vida con ojos críticos y escépticos, es encontrar esta clase de detalles que te maravillan. No hay una motivación genuina en ganar la lotería. No es el hecho de tener más dinero mañana. No es la lícita ilusión de poder amortizar préstamos o hipotecas con el premio. Es el hecho de no poder soportar, no ser capaz de vivir con la posibilidad de que al que tienes al lado le haya tocado ese dinero y a ti no. Es esa bilis que corroe tantas mentes qu...

El apoyo

  Qué difícil es crear algo de cero. Cuánto esfuerzo conlleva poner en marcha una idea que tienes y que tienes la ilusión de poder llevarla a cabo.   Cuántas lágrimas. Cuánto tiempo dedicado a ello y por lo tanto sustraído de otros campos de tu vida (hijos, familia, amigos, hobbies…). Cuántas dudas sobre si lo que haces es bueno, malo; si alguien querrá comprarlo, si sirve para mejorar la vida de alguien; si es una ensoñación infantil o si simplemente estás haciendo un esperpento.  Dinero invertido. Consecuencias imprevistas (como que empiecen a pensar de ti que “has cambiado”, que “se le ha subido” o el siempre maravilloso “sí hombre, a ése le voy a dar dinero yo para que se forre, no te jode…”). Tantas y tantas cosas, tantos matices, tanta mierda acumulada y problemas y dolores de cabeza. Qué poca compensación y qué injusto se es con quien decide CREAR algo.  Y qué poco apoyo. Qué poca gente ves que de verdad crea en ti. Esas personas que durante años dan “likes...

Te vas a morir

  Y ya está. Asúmelo. Es un hecho tan real que no admite discusión. Al menos a día de hoy. Así que como te vas a morir, vamos a poner negro sobre blanco ciertas cuestiones que quizás sea interesante que te plantees. Porque nada es tan grave. Nada es para tanto. Y, desde luego, nada es definitivo. Salvo la muerte, algo que tienes asegurado.   Hay que asumir que todo esto es un tránsito y que de lo que se trata, posiblemente, es de cómo llevar este tránsito. En cómo lo pasamos mientras andamos por aquí. Relativizar esta cuestión (y en realidad, todas), puede llevarte a enfrentarte a la vida de un modo mucho más lúcido. Tanto que, si realmente llegas a relativizar de un modo saludable el asunto, tus sufrimientos se pueden ver disminuidos en un porcentaje altísimo. Y esto no lo digo yo (en realidad, yo no digo nada, tan solo transmito lo que opino o lo poquísimo que sé), si no que la filosofía antigua ya nos ponía sobre aviso. Efectivamente, hablo del estoicismo.  Bien, pue...

La responsabilidad

  Considero, de forma muy clara, que existen dos problemas que suponen las bases de cualquier otro problema actual: la educación y la responsabilidad.   De la primera, de la cual escribiré en otro momento, sé que mucha gente opina igual. Aunque no sé si por los mismos motivos. Todo el mundo cree que sabe sobre cómo debe ser la educación. Yo no pretendo ser tan soberbio (por una vez…), y mi punto de vista es ligeramente diferente al  pensamiento común pesimista sobre ella. Tiene que ver con la forma de igualar (siempre por abajo; destacar hoy en día se ve mal, que otros se ofenden), y con la forma en que mantenemos a niños, en plena fase de desarrollo motor y cognitivo, 6 horas al día sentados recibiendo información que no son capaces de relacionar con sus vivencias en tiempo real (sabías que la gente sale de sus carreras sin saber qué es una nómina?) Bien, si me centro en el segundo punto, el que hoy me ocupa, es donde el pesimismo me asalta a mí.  Mejor dicho, el...

Ser excepcional

  Hay gente que busca ser excepcional. Sin darse cuenta que ya lo es. Se levanta cada día, hace lo que debe y “tira pa’lante”.   Nos han vendido el cuento de la productividad y el éxito basado en determinados criterios perversos. Y lo hemos comprado. Porque somos bobos, claro. Compramos mierda porque no nos atrevemos a mirarnos a la cara en el espejo y porque no tenemos cojones a escribir sobre nosotros mismos. Decidimos rehuir de nosotros mismos. Y así nos va.  Han crecido los vendehumos y han crecido los compracuentos. Por qué hoy en día triunfa tanto curso/mastermind/programa… o llámalo como quieras? Pues porque están dirigidos a la gente malita. La gente estamos malitos y queremos creer que hay una solución fácil. Tener valor a confrontar con quién eres no es tan atractivo.  Ser excepcional. Tiene huevos. Te has creído que debes realizar hazañas homéricas para poder mirarte a la cara cada día. Que debes hacerte millonario en un año o menos. Que debes entren...