Guerra
Te traeré guerra.
En la guerra piensas; en la guerra actúas y dirimes. En guerra todo tu ser es capaz. Aquí, en la guerra, tú y yo podemos ser más allá. La guerra, tal y como piensas en ella, te modifica. Te adaptas en guerra. Mejoras y empeoras en guerra. Es en la guerra donde sacamos habilidades que creíamos imposibles hasta ese momento. Pero en la guerra el cuerpo sufre.
Solo que la guerra no puede ser infinita. Jamás ha de ser para siempre.
La paz estabiliza lo conseguido en guerra. La paz afianza. La paz, posiblemente, es mentirosa. Es esa persona que muestra una cara pero esconde otra. Porque en la paz te sientes relajado. La paz no muestra lo vulnerable que eres. En paz, tú y yo somos espejismos de algo mucho mejor. Pero en paz, los cuerpos no sufren. Sufre la mente.
Imagina actuar con tu mente enfocada en la guerra mientras tu cuerpo vive la paz. Explora cuánto de ti puede llegar a ser tanto como creíste.
Quizás tu guerra no está fuera. ¿Verdad?
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