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Mostrando entradas de octubre, 2023

Quién eres; quién soy; quiénes somos

 La gente te juzga por lo que conoce de ti en tu trabajo.  ¿Qué triste, no? Te juzga ahí y te juzga en muchas otras situaciones. El caso, te juzga.  En serio, ¿crees que lo que un ser humano muestra en el desempeño de su profesión, muestra en realidad quién es? Tanto en las partes oscuras, como en las más, digamos, luminosas. O en el desempeño de cualquiera de sus acciones diarias: vida personal, paternidad, pareja, tiempo de ocio.. Siempre he dicho, y por suerte he compartido momentos con personas que piensan igual, que dentro de las cuatro paredes del hogar de cada uno, lo que ocurre queda totalmente fuera del conocimiento de terceros. Por eso, y vuelvo a citar a Baltasar Gracián (“El arte de la prudencia”), creo que la PRUDENCIA es nuestra mejor aliada en estos días. Solo que se lleva lo contrario. Está de moda la crítica descarnada, sin mesura. Soltar exabruptos sin informarse lo más mínimo sobre la vida de los demás (para no meter la pata; sería decoroso).  Mira...

Ahora, apaleadme

  El fanatismo nunca es positivo. Los extremos nunca son una solución a nada. Un posicionamiento moderado es capaz de hacer llegar al consenso. Posturas que difieren pero que llegan a un acuerdo cediendo cada parte un porcentaje concreto de sus postulados. Así es como se llega a un punto debatido en común donde nadie está totalmente insatisfecho pero donde tampoco nadie consigue imponer todo su discurso de modo desigual.   Y eso es este feminismo radical y tan tóxico del que hablo. Habéis tenido en las líneas anteriores buen ejemplo de lo que en realidad es. Un ideario hipócrita que solo ensalza una de las partes, abocando a la otra parte a ser apaleada dialécticamente si estás en desacuerdo. Una ceguera moral en la que si estás en desacuerdo llegará a utilizar las herramientas a las que tanto condena en su discurso histriónico, como la violencia. Da igual convertirte en lo que denuncias. Se levantará más la voz para que las hagan casito. Porque esto es evidente que no va de b...

Es Él

  Pensaba con la mirada puesta en la página del libro pero sin atender a éste. De vez en cuando esos pensamientos llegaban a su mente y de nuevo la historia de siempre: preguntas, culpas, rabia… Los golpes. Agresiones físicas repetidas hasta en cinco ocasiones. Unas con consecuencias más visibles; otras, ni tras un examen físico exhaustivo habrían sido detectadas.  Los abusos de posición. Un hijo en común. Chantajes emocionales. Frases de odio.  Ni la depresión fue agravante para recibir el desprecio, el asco y la indiferencia. Una familia política que abandona y hace el vacío más absoluto. La palabra suicidio no resultó más que un mero detalle para esa gente que no escuchaba lo que no quería escuchar. Las culpas estaban ya repartidas; la disposición a escuchar cada parte, menos.  Tras lo inevitable, abogados. Lenguaje frío, distante. Palabras que sonaban a película mala de domingo por la tarde. Realidad que sonaba a extraña ensoñación. ¿De verdad se trataba de su fa...